EL HOMBRE DEL TIEMPO Y LA CRONICA, ARQ. ARTURO SIBAJA CARBOTT.
El
hombre del tiempo y de la crónica, arq. Arturo Sibaja Carbot.
Suspiran los recuerdos de
Pijijiapan, si el tiempo, la memoria se perdió en el olvido, las leyendas, los
documentos, los objetos, la antigua iglesia de Pijijiapan fue remodelada, la
piedra de la mala hora se tiro. De aquí en adelante eso fue historia y se borró
de la memoria. Vagos recuerdos tengo del hombre que se preocupó por el tiempo,
por la crónica, siempre veía salir a muchas personalidades respetables de su
casa, como el tio Ariel Esquinca, mejor conocido como arielon, al Dr. Pepe
Chang. Por mencionar algunos, el tiempo transcurrió, un día regrese como
estudiante a punto de culminar la carrera de la licenciatura en historia, me
acerque pero andaba muy ocupado, yo sabía que su casa era como un museo
antiguo, siempre escuche comentarios de la gente que trabajo con él, que tenía
muchas cosas valiosas de Pijijiapan, pero en esos días llego a la casa tio
Ariel, me dijo quiero que pasemos el 24 de Diciembre en tu casa, fue la única
ocasión que él nos visitó, y si compartimos muchas anécdotas familiares, le dije
pues llevamos 7 semestre de la carrera, nos quedan 2 semestres, que vas a hacer
de tesis, quiero trabajar el registro civil, nos dice que el 26 de Diciembre
vamos a ver a mi amigo que aprecio mucho a tito, quien es el, el Arq. Arturo
Sibaja, ya lo fuimos a ver pero anda ocupadísimo, dice vamos ir pasen por mí,
llegamos nos presentó al arquitecto Sibaja, de ahí nació una amistad con él
por, la hermandad que había de muchos años del arq. y el, y nos dio el primer
tour por su casa y museo personal donde el guarda celosamente muchos objetos,
documentos, piezas y música, nos quedamos asombrado por el trabajo de rescate
que ha hecho que ha hecho el por Pijijiapan, lo felicitamos y le dijimos usted
es el gran cronista de américa, el modestamente dijo, he hecho lo que he
podido, usted está contribuyendo con nuestro pueblo y eso es meritorio. Después
de varias horas de conversación, nos invitó a que llegáramos al siguiente día,
nos proporcionó una copia de documentos que el mando a empastar del archivo del
registro civil de Pijijiapan, que el bajo un apoyo del Pacmyc, también nos obsequió
una monografía de Pijijiapan y un artículo sobre el ferrocarril. En las
vacaciones de abril llegamos para apoyarlo a organizar el museo comunitario de
Pijijiapan, el cual bajo con un apoyo de Pamyc, fueron varias semanas de
trabajo, en la cual iniciamos el proceso de curación de documentos muy antiguos
del registro civil, también documentos del ferrocarril, al final el museo quedo
muy bonito, se podría visitarlo no había cuota, ni donativo para poder
visitarlo.
Nos invitó a hacer un
recorrido por el panteón municipal en donde nos presentó tumbas muy antiguas,
familias y personalidades de Pijijiapan, es una hermosura de arquitectura que
hay ahí, pero nadie quisiera estar ahí descansando todavía. En otra ocasión
fuimos a ver las últimas tumbas que quedan en las casas de algunas personas en
el poblado el llanito, las famosas tumbas de la peste o fiebre española.
Nos dijo de la alineación
que hay entre la Piedra la mala hora, la piedra del burro y el cerro la
encomienda.
El tiempo en su casa se
detuvo, donde guarda celosamente los objetos, documentos, piezas, música,
artículos, hoy en día el propone que sea un espacio para consulta a quienes les interese, académico e
investigadores.
Cuando le preguntamos de
Duvalier él nos dijo que era un hombre culto, sencillo, muchas veces pasaba por
la calle con su sombrero y morralito, saludaba a todos asistía algunos velorios
y velas, empezaba a leer sus poemas, para mi es el Pijijiapaneco que más aporto
a Pijijiapan, hoy debería ser Pijijiapan de Duvalier, si hay Comitán de
Domínguez, Tapachula de Córdova y Ordoñez, Cintalapa de Figueroa, Tuxtla de
Gutiérrez, Chiapa de Corzo y San Cristóbal de Las Casas. Es el mejor homenaje
que se le puede hacer al maestro Duvalier.
El hombre del tiempo,
siempre con amabilidad nos recibió y presento todo lo que él fue guardando
celosamente por muchos años, la confianza nos la ganamos recuerdo cuando lo
apoyamos a organizar el museo comunitario que está en la casa de la cultura, la
visita al panteón, las anécdotas, las conversaciones con el tio Ariel Esquinca
y el eran maratónicas. De la bayunca, Bartolito, la piedra del burro y
terminábamos suspirando por Pijijiapan. ARQ. SIBAJA, TIO ARIEL, ANA Y ROMEO.
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