ARMANDO DUVALIER
Armando Cruz Reyes
Nació en Echegaray, Pijijiapan, Chiapas, el 26 de
agosto de 1914; murió en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el 14 de julio de 1989.
Ensayista, narrador y poeta. Estudió letras modernas y cursó algunas
especialidades en literatura y ciencias sociales en la UNAM. Fue creador
del “Alquimismo”. Premio Chiapas 1986.
Armando
Duvalier: Fue considerado en 1948 como el hermano mayor de la 2ª generación de
poetas chiapanecos, y la primera del siglo XX, entre los que descollaron:
Mariano Penagos Tovar, Romeo C. Zebadúa, José Falconi Castellanos,
Rosario Castellanos, Óscar Bonifaz, Jaime Sabines, Enoch Cancino
Casahonda y otros.
Armando Duvalier,
cuyo verdadero nombre es Armando Cruz Reyes, conoce al poeta
Nicolás Guillén en la casa de la pintora y poetisa mexicana Aurora Reyes,
en la que se reunían Juan de la Cabada, José Revueltas, José Muñoz Cota, Efraín
Huerta, Renato Leduc, entre otros. Duvalier, afrodescendiente, recibe gran
influencia del cubano Guillén.
También nos
dice Duvalier: “los elementos de la poesía negra son la plástica y la música.
La coloración tropical y la onomatopeya existen en toda la poesía negra. La
savia que se retuerce en la vegetación de la selva, la eclosión de
la sangre en el cuerpo del hombre y de la fiera, la reverberación de las playas
y los mares, la alegría marinera de los puertos, se encuentra en
los versos del romancero negro. Asimismo, la musicalidad onomatopéyica existe
en sus más variadas expresiones.”
Su búsqueda se concretó en una forma de creación que
Armando Duvalier denominaría como “Alquimismo”, el cual es un “sistema
poético que busca convertir las palabras comunes en el oro de la poesía”,
cuenta con tres libros publicados, un manifiesto, así como dibujos y pinturas
que le dan la categoría de vanguardia.
Sin lugar a dudas, de esta generación surgieron los cuatro pilares de la poesía
chiapaneca: Armando Duvalier, Rosario Castellanos, Jaime Sabines y Enoch Cancino
Casahonda, que en su conjunto consolidaron la tradición poética contemporánea de Chiapas.
Por primera vez, el trabajo literario de Armando
Duvalier fue reconocido por la intelectualidad chiapaneca el 29 de agosto de
1967, por un grupo de promotores
culturales encabezados por Eduardo J. Albores, Óscar Bonifaz, José Casahonda y
Gertrude Duby.
En 1975 el periódico Novedades de Chiapas le otorgó la medalla al
Mérito Literario; en 1985 los intelectuales chiapanecos le entregaron el Pergamino Juan
Rulfo; en 1986 la comuna tuxtleca, la presea Tuchtlán de Oro, entre otros.
Armando Duvalier fue un poeta vanguardista de la izquierda
mexicana que utilizaba la
literatura y su verbo como arma de combate, lo que le valió para que en 1955 se
le negara el Premio Chiapas, mismo que fue declarado desierto por el gobierno
de Chiapas que encabezaba Efraín Aranda Osorio.
Fue hasta 1986 cuando en un acto de justicia se le concedió
el Premio Chiapas en la rama de arte. De aquí en adelante se acumularon los
reconocimientos, homenajes y actos de justicia literaria para el padre de la
poesía contemporánea, auténtico poeta
negro de Chiapas.
En síntesis, el maestro Armando Duvalier, hombre de
profunda cultura, fue un auténtico innovador de la poesía chiapaneca, un
verdadero creador de nuevas formas, contenidos y estilos de la poesía
contemporánea de Chiapas, que aún no ha sido valorado en su justa dimensión histórica y
literaria. Su nombre merece figurar, en
primera fila, en la historia de las vanguardias de la poesía mexicana.
Sin lugar a dudas, de esta generación surgieron los cuatro pilares de la poesía chiapaneca: Armando Duvalier, Rosario Castellanos, Jaime Sabines y Enoch
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