CANTO DE AMOR A CHIAPAS



CANTO DE AMOR A CHIAPAS
Para don Cesar A. Lara
   ARMANDO DUVALIER

Quiero ¡oh!, Chiapas decirte mi
homenaje porque llevo tu sangre entre
las venas, en los ojos tu inédito paisaje
y en mi sueño la miel de tus colmenas.

No tengo la poética elocuencia
de las aves que te hablan en su idioma;
mas te doy mis versos de cadencia
que aprendí de tus labios de paloma.

Tu suelo es una nítida esmeralda
vestida con olor de madreselva y llevas
en la frente la guirnalda que hicieron las
orquídeas de tu selva.

¿Quién puso en el relieve de tu mapa
donde florece el corazón del día, una
alfombra de musgo en Cintalapa y un
poeta que dijo tu poesía?

¿Quién pinto sobre tus quetzales
a la hora que en prismas te derramas,
y en el viento, sonoro de cristales,
despliegan sus gallardas oriflamas?

¿Quién no lleva prendida en las retinas
la aligera esmeralda de tus loros, tus
pinares envueltos de resinas y la aurora
en las astas de los toros?

¿Quién olvida la flor de tus celajes
sobre el bosque repleto de murmullos,
y la noche, quemando tus paisajes
con una pirotecnia de cocuyos?

Chiapa de Corzo luce su donaire
con la elegancia de su criolla veste:
una randa de flores en el aire
y la tarde en un fino xicalpeste.

Pichucalco es un búcaro de flores
que destapa en el aire sus redomas,
la jaula de sus pájaros cantores
Y el estuche de azúcar de sus pomas.

Comitán de las Flores, tus mujeres
son una pajarera de alegría, si con los dardos
del amor nos hieres se endulza de esperanza la poesía.

Tuxtla, indita de encantos hechiceros, lleva al
venta la aurora en sus olanes, en las noches, aretes de
luceros, y en los labios carmín de flamboyanes.

Tapachula es la tierra prometida que florecen
tus costas fascinantes y fue una estrella que quedo
encendida en el sueño dorado de Cervantes.

En San Cristóbal de Las Casas arde
El blanco fuego del fervor cristiano; si viviera
Ramón López Velarde por ti se abriera el corazón ufano.

Las mujeres del verde Villa Flores
son vírgenes de juego azucarado
y sus hombres alegres cantadores
que se juegan la vida en un “volado”.

Montebello es un prisma de colores
donde bebe el crepúsculo su tinta
y en tu selva vibrante de rumores
pasa a galope el bronco Usumacinta.

Fue tu suelo un emporio de cultura
muchos antes que llegara la Conquista;
Palenque no legó su arquitectura
Y Bonampak su corazón de artista.

El amor que murmura su
reproche al pie de enamorada
enredadera lo cantan tus
marimbas en la noche con la miel.

Ere siempre feria, tierra mía,
en el frágil bajel de
nuestra horas, porque hay dos
cascabeles de alegría en los pies
de tus dulces bailadoras.

Y te amo por tu verde geografía
ataviada con frescos sembradíos,
por tus aves envueltas de armonía
y los hilos azules de tus ríos.

Te amo con fe desde tu
mar sonoro hasta tu verde
corazón de helecho, porque te
siento como estrella de oro arder
entre los lutos de mi pecho.

Comentarios

  1. En el periódico Suplemento Dominical, Diario de Chiapas, del 12 de febrero de 1954, se publicó este poema, aunque lo publicaron sin el nombre del autor. Fuente: Hemeroteca de la Unicach.

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